domingo, 21 de noviembre de 2010

Prueba "2do A" (24 de Noviembre)

¿Qué es el liberalismo?

El Liberalismo concebido como un sistema coherente de ideas y métodos fue desarrollado en Inglaterra en los siglos XVII y XVIII. Desde Inglaterra se propagó a Europa en los siglos sucesivos, penetrando a todas las naciones. Pero su avance no se detuvo en el viejo continente. Luego fue extendiendo su influencia a dis­tintas áreas geográficas del orbe —incluida Latinoamé­rica. y Chile en particular—, en el siglo pasado quedando escasos reductos inmunes a su trastornadora acción.
Su importancia deriva de que es el pensamiento que está en la base del tipo de organización política (de­mocracia) y económica (economía de mercado). más comunes y socialmente aceptados en el mundo moderno.
Pero es necesario recordar, para entender la sustan­cia histórica del periodo que analizamos, que si bien el liberalismo representa hoy el pensamiento ortodoxo. oficial y predominante, cuando se lo introdujo en América y en los otros continentes. sin ninguna excepción, tenía un acento marcadamente revolucionario, desquiciador.
Lo característico de quienes participan del ideario li­beral es la creencia de que la creatividad y la plena expresión de la individualidad son la máxima aspira­ción a que debe propender todo cuerpo social. Creen esto, porque suponen que las formas de organización política y social que favorecen la expresión de la au­tenticidad del ser humano son las que logran procu­rar mayores satisfacciones y bienestar a sus miembros. Esta doctrina algo vaga, descansa en tres ideas fun­damentales:

i)        Una valoración positiva de la libertad de la personalidad individual.
ii)       Una creencia de que el disfrute de la plena libertad del individuo es no sólo bueno para éste, sino también para la sociedad de que es parte.
jjj) La convicción de que el elemento principal del programa político del movimiento, dado el contexto histórico en el que surge, debe ser ante todo la lucha contra aquellas instituciones, costumbres, valores o creencias que de algún modo limitan el ejercicio y disfrute de esa libertad.

El liberalismo en Chile
Los primeros atisbos de liberalismo se dejaron sentir, durante el siglo XVIII. bajo la forma del pensamiento ilustrado. Aunque hubo uno que otro criollo que se sintió atraído por las nuevas ideas, lo cierto es que esta corriente de pensamiento fue completamente marginal durante el periodo colonia¡. La suerte de esta ideolo­gía revolucionaria comenzó a cambiar durante la eta­pa de emancipación. La ruptura con España se tradujo en un gran acto de negación.
El arribo al país de intelectuales europeos y latinoa­mericanos del más alto vuelo. la llegada de libros, la acción de la prensa, los avances de la educación, en­tre otros tantos factores, permitieron que, hacia me­diados de siglo. una nueva generación, en la que figuran nombres como los de José Victorino Lastarria o Ben­jamín Vicuña Mackenna, se convirtiera en devota del liberalismo y comenzara a organizarse para imponerlo como opción para la sociedad.

Una de las primeras manifestaciones concretas del ideario liberal tomó la forma de un movimiento literario —la Ge­neración del 42—. Hacia fines de la década aparecie­ron las primeras instancias de organización para la acción política. Club de la Reforma (1849), Partido Liberal (1849) y Sociedad de la Igualdad (1850).


Benjamín Vicuña Mackenna

Francisco Bilbao
Luego de esta década en que el avance del liberalis­mo estuvo asociado a la vigorosa efervescencia cultu­ral que vivía el país, comenzó el lento proceso de la organización y el combate políticos. Las nuevas ideas, encarnadas en movimientos organizados que aspiraban a capturar el poder, afloran con violencia a la vida política durante el gobierno de Manuel Montt, dando origen a dos revoluciones (1851 y 1859).
En la década siguiente esta ideología antiguamente mi­noritaria y marginal adquiere gran difusión, cuando pasa a ser abrazada por los sectores más activos de la ju­ventud política. Aparte de las acciones de fuerza, tomó cuerpo un programa político cuyos objetivos centra­les eran:
 -  El reemplazo del autoritarismo presidencial instaurado en tiempos de Portales, y su sustitución por formas de práctica social y política que permitieran el ejercicio de la libertad individual.
- Acabar con la influencia de la Iglesia en la sociedad, que, desde su punto de vista, privaba a los individuos del pleno disfrute de su ser. Los liberales de todo el mundo fueron en esencia laicistas y antirreligiosos, en lugar de las autoridades tradicionales, apoyaban la autoridad de la razón; frente a la verdad revelada, como fuente legitimadora del poder y las instituciones, apoyaban la verdad demostrada.

El periodo Liberal (1861-1891)
El periodo comprendido entre 1861 y 1891 corresponde, en términos políticos, a una fase de transición entre dos sistemas de gobierno: presidencialismo y parlamen­tarismo. Luego del triunfo de José Joaquín Pérez (1861), se inicia un difícil período de co-gobierno entre el partido liberal y el conservador, a través de la "fusión liberal-conservadora". Mientras duró esta experiencia de co­habitación entre los antiguos enemigos políticos, el programa de transformación liberal estuvo estancado. La situación cambió cuando llegó a la presidencia Fe­derico Errázuriz Zañartu (1871). El nuevo mandatario impuso un drástico giro al gobierno. Errázuriz quería  permanecer en la memoria de los chilenos realizando grandes obras. Sabía que las transformaciones verda­deramente importantes. sólo eran realizables parcial­mente con sus aliados, tan renuentes a cualquier cosa que pudiera significar un cambio. Había, pues, que des­hacerse de ellos y, eventualmente. buscar socios nue­vos, que estuvieran más a la altura de los tiempos.
Federíco Errazuriz Zañartu
 Fuente Revisada: 
 
- Manual de Preparación Historia y Ciencia Sociales, Ed. Universidad Católica de Chile.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Guia de repaso: El Feudalismo (3ro C) 26 de Noviembre.

La Edad Media y el Feudalismo
El feudalismo se desarrolló en Europa Occidental entre los siglos IX y XIV. Se extendió en aquellos reinos que habían surgido producto del desmembramiento del Imperio Carolingio. Entre sus características encontramos:
·         Ausencia total de un poder central: miles de pequeños territorios gobernados por poderosos jefes locales.
·         Relación de dependencia: entre un señor poderoso con otro menos poderoso.
·         Valor de la tierra relativo: precio determinado por su protección.
·         Sistema económico agropecuario y de subsistencia: se producía para el autoconsumo y en ningún caso para el comercio a gran escala.
·         Relación social de servidumbre: dueño de la tierra (señor) y los que lo servían (vasallos).
·         Sociedad tremendamente religiosa: la figura de la Iglesia tomó real importancia y categoría en lo político, económico y social. 


Características del feudalismo

Era común que para distraerse, el señor feudal, todopoderoso en sus tierras, saliera de caza.
Era común que para distraerse, el señor feudal, todopoderoso en sus tierras, saliera de caza.
   Así nació la relación de vasallaje, en donde un vasallo (vasallus) se encomendaba a un señor (dominus o senior) a cambio de la concesión de un beneficio (beneficium) o también, para emplear el término germánico, feudo, que acabó de designar casi de manera exclusiva el beneficio en tierras. Por tanto, el régimen feudal nació de la combinación de vasallaje y feudo.
      La concesión del feudo se consumaba con un solemne rito conocido como investidura. Este contrato feudal era de por vida y mediante él el vasallo prometía fidelidad a su señor y el cumplimiento de una serie de funciones en su nombre. Sus deberes más importantes eran: el servicio militar, reclutar soldados para el ejército de su señor y proveerlo de ingresos. Por su parte, el señor debía garantizar protección a su vasallo y entregarle medios de subsistencia. Con este fin, el vasallo recibía el control de un feudo, que consistía en una gran extensión de tierra, aunque también podía dedicarse a funciones administrativas y de responsabilidad, como recaudador de impuestos o agente de aduanas. De esta manera, un señor con muchos vasallos disponía de fuentes seguras de ingresos, además de un ejército.
A

   ¿Como era el feudo?

   El feudo más típico comprendía tierras cultivables, bosques, fincas, villas e incluso varias parroquias.
   La parte más importante del feudo era el castillo o fortaleza que lo delimitaba. Al medio del castillo se elevaba una torre señorial con su atalaya. Además, contaba con edificios y patios rodeados por gruesos muros provistos de almenas y un profundo foso. Para entrar al castillo había que bajar un puente levadizo y subir un grueso portón.
   Al lado del castillo se emplazaban los almacenes, talleres, establos, hornos y molinos. En las cercanías estaban la villa, las modestas casas de los siervos y la capilla.
   Los campesinos cultivaban la tierra en beneficio del señor o bien en beneficio propio, pero pagando un censo (pago en especies). Los villanos (vecino que habita una villa o aldea, a distinción de noble o hidalgo) elaboraban el pan, la cerveza y el vino, hilaban y confeccionaban sus muebles.

   Fuentes: - Manual de Preparación Historia y Ciencia Sociales, Ed. Universidad Católica de Chile
  -  Icarito.cl


 
Contenido: “El origen del Capitalismo y el renacimiento urbanístico durante la Edad Media”.
       Las ciudades, tan numerosas y florecientes en el Imperio Romano, habían entrado en un período de decadencia que luego concluyó, con su desaparición. Esto se produjo porque no ofrecían ninguna seguridad puesto que, al desaparecer el poder central, nadie estaba en condiciones de defender a la población de los constantes ataques de pueblos bárbaros, que las sometían habitualmente a un intenso saqueo. Sólo sobrevivieron algunas ciudades como centros episcopales. Pero, a partir del siglo X, se observa un renacer de la vida ciudadana. La paz y la relativa seguridad de los caminos favorecieron la actividad de los mercaderes.
     Al mismo tiempo, los excedentes del campo se empezaron a intercambiar por los productos manufacturados que los artesanos elaboraban en las ciudades. Así, artesanos y mercaderes se fueron concentrando en puntos estratégicos, a la sombra de viejas ciudades o castillos señoriales. De esta forma, al lado de antiguos burgos (un lugar fortificado), surgieron barrios en los que vivían los mercaderes y los artesanos.
       No obstante, el renacimiento urbano tomó características propias en los distintos lugares de Europa. Por ejemplo, en Italia, las antiguas ciudades romanas habían conservado parte de su actividad, en cambio, al norte del continente no había ciudades debido a ello las que surgieron con posterioridad al siglo XI tuvieron un trazado urbanístico distinto. En España hubo ciudades que nacieron en torno a ejes de intensa actividad comercial, mientras que otras surgieron como una guarnición militar.
       El crecimiento de las ciudades en el occidente fue vertiginoso a partir del siglo XI. Poco a poco se fueron construyendo nuevas murallas, con la finalidad de incluir dentro de su recinto a los barrios que se habían formado en las afueras. El desarrollo de la población urbana también fue importante. Algunas ciudades tenían hacia el 1300 alrededor de 200 000 habitantes (París). Sin embargo, la mayor parte de la población europea aún era rural.
    Generalmente las ciudades se hallaban enclavadas en territorios sometidos a la jurisdicción de un señor, que podía ser un obispo o un laico. Sin embargo, pronto nació entre los habitantes de las ciudades, ahora llamados burgueses, un sentimiento de unión, que los llevó a luchar por conquistar ciertas libertades. Así, se formaron las comunas, integradas por burgueses que habían jurado defender sus intereses. Durante los siglos XI, XII y XIII, las comunas lucharon contra los señores con el fin de obtener su autonomía. Después de estas luchas, que casi siempre culminaron con el triunfo de los burgueses. 
       En las ciudades se producían objetos manufacturados y se realizaba la actividad mercantil. El trabajo artesanal se organizó a través de las llamadas corporaciones de oficios o gremios. La corporación garantizaba la calidad de la obra, fijaba el precio del producto y evitaba la competencia. Al interior de cada gremio existían los maestros, los oficiales y los aprendices. Los maestros tenían una posición privilegiada, que con el tiempo se fortaleció aún más. Muchos maestros eran los dueños del taller y de las herramientas, lo que hace suponer que recibían la mayor parte de los beneficios. Entre los maestros se elegía a los jurados o síndicos, que dirigían la vida de la corporación por un tiempo determinado.
     Los oficiales generalmente trabajaban como simples asalariados del maestro. El que deseaba aprender el oficio debía vivir una temporada en casa de algún maestro. De aprendices se pasaba oficiales para concluir como maestros.
      El gobierno de las ciudades, una vez arrancados los fueros, radicaba en los vecinos, que delegaban el poder a un Consejo y a unos magistrados. Estos recibían distintos nombres: cónsules en Italia, burgomaestres en Alemania y alcaldes en España. Con el tiempo, el gobierno pasó a manos de reducidos grupos de mercaderes y de ricos maestros de las corporaciones. Así, se constituyó un patriciado urbano que reunía en torno a sí el poder y el dinero.
     A partir del siglo XI, se comenzó a utilizar nuevamente el dinero, que había desaparecido producto de la caída del Imperio Romano de Occidente, lo que facilitó el intercambio comercial y la acumulación de riqueza. Este capital excedente fue puesto a disposición del comercio y la producción. Empezaba así el capitalismo y el surgimiento de los bancos y los banqueros. Los Médicis en Florencia, los Fugger y los Welser en Augsburgo, se transformaron en el prototipo de la nueva mentalidad capitalista.
       Fuente: Manual de Preparación PSU Historia y Ciencias Sociales. Ediciones Universidad Católica de Chile.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Foro Panel del Lunes 8 de Noviembre. 3ro C

EL FORO
Es un tipo de reunión donde distintas personas conversan en torno a un tema de interés común. Es, esencialmente, una técnica de comunicación oral o virtual, realizada en grupos, con base en un contenido de interés general que origine una
Pasos para la organización del foro
1.    Anunciar el tema y el objetivo de la discusión.
2.    Presentar a los panelistas.
3.    Determinar el tiempo de la discusión y el de la realización de las preguntas.
4.    Iniciar la discusión.
5.    Mantenerla viva y animada.
6.    Evitar que los panelistas se salgan del tema.
7.    Evitar que los panelistas repitan lo que ya se compartió.
8.    Hacer resúmenes sobre el estado de la discusión.
9.    Finalizar la discusión.
10.  Conceder la palabra a los miembros del auditorio, al terminar la discusión de los panelistas.
11.  Cerrar el panel.

Fuente: Wikipedia.org